domingo, 12 de diciembre de 2010

PRIMER CONTACTO CON LA CIUDAD

Nada más salir de la terminal, la primera sensación es de mucho calor, mucha gente con rasgos totalmente diferentes a los que estaba acostumbrado y una sensación de que las sorpresas del nuevo país iban a llegar pronto.
De momento, nada de especial, me subo a la furgoneta del Hotel Ramana y en cuanto salimos del recinto del aeropuerto....primera sorpresa y aviso de como sería la vida allí, MILLONES DE MOTOS, una marea de scooters no mayores de 125cc que salían de todas partes; el taxista se metió en medio de esa marabunta ruidosa y poco a poco todo fué yendo a su sitio, el taxista a la izquierda de la avenida y las motos, casi todas a la derecha, eso sí, tanto el taxista como las motos, no paraban de hacer sonar la bocina; yo estaba intentando poner cara de normalidad, por aquello de mantener la compostura, pero la sonrisa de  mi cara seguro que reflejaba la sorpresa de lo que estaba viendo: Mientras intentaba adivinar como era posible que todavía no hubiese visto ningún accidente, nos metemos en otro cruce de calles y...MAS MOTOOOOOOS, pero de donde puede salir tanta gente y tanta moto y, lo más curioso, que ante lo evidente de que cada uno hacía lo que le parecía conveniente ¿como era posible que nadie se hubiese caido todavía?
Dejamos la avenida principal, nos metemos a la derecha por una de doble sentido y un solo carril y en un segundo nos vemos rodeados de motos, gente, cascos,....es lo  que puedo ver a través de la ventana del monovolumen tipo Vanette que me fué a buscar; cuando consigo pensar lo primero que me viene a la mente es ESTO ES UN CAOOOOS, "pa flipar".
Llegada al hotel, barrio bastante cutrillo, locales comerciales, superpequeños, algunos con motos dentro, bares con sillas diminutas en las aceras con vietnamitas descalzos sentados en ellas y lo primero que pienso es..."A ver como está el hotel donde me van a meter porque si es como el entorno promete ser un curso acelerado de adaptación cultural y cambio de chip respecto al hotel que me esperaba"; nadamás alejado de la realidad, un atento portero me abre la puerta lateral de la furgoneta y me dice que ya lleva el las maletas, todo esto con una sonrisa en su cara y, por la primera impresión, con poca o ninguna idea de inglés; el interior como cualquier hotel occidental de 4 estrellas en plan bien; En el mostrador de facturación todo son sonrisas de bienvenida y amabilidad propia de la categoría del hotel. Llego a la habitación y después de darle la propina correspondiente de 10.000!!!!vnd,¿ no me habré pasado? pues después de hacer un calculo rápido del cambio a euros, creo que no...50 céntimos de euro, ahora la sensación es de cutre; bueno, ya veré como va esto también; demasiadas cosas en pocos kilómetros para asimilarlas tan rápido, me tiro en la cama e intento resituarme en todo este maremagnum de pensamientos ante la nueva situación y las sensaciones de este nuevo país.Lo mejor que se me ocurre es darme una ducha y bajar al hall a tomarla primera cerveza vietnamita y llamar a la familia intentando transmitirles normalidad.

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